Vacaciones escolares: ¿horror o disfrute? La respuesta está en el vínculo.
Para muchas familias, las vacaciones escolares de sus hijos implican mucho estrés y malestar. Puede sonar mal cuando lo escuchamos, pero es una realidad completamente comprensible.
Te explico por qué.
Como ya he dicho muchas veces, la organización cotidiana de muchas familias, se rige a golpe de respuesta a las necesidades laborales de los adultos, atados a una rueda de supervivencia económica con la que la economía capitalista se sostiene.
En esta organización cotidiana al servicio del trabajo, no queda mucho espacio para los cuidados conscientes, las interacciones de vinculación y el “estar” en familia.
La organización social potencia la desvinculación y la externalización de los cuidados…. Excepto en Navidad
Llega la época navideña, las vacaciones escolares y la sociedad nos transmite el mensaje de que hemos de estar en familia, querernos mucho, disfrutar con los niños y conectar con el espíritu de la bondad y la generosidad durante un par de semanas.
Sin embargo, esto no es realista ni se consigue por arte de magia .
Muchas familias llegan a las vacaciones de sus hijos agotadas, habituadas a pasar mucho tiempo al día en otras ocupaciones y las exigencias sociales navideñas se convierten en una frustración.
Es necesaria una visión necesaria y realista del sistema familiar, de cómo están nuestros vínculos y de qué podemos hacer para generar momentos de conexión en familia sin exigirnos más de lo que podemos dar.
Las vacaciones navideñas son un horror para muchas familias porque durante el resto del año se les fuerza a la separación, la alienación entre sí y la desvinculación afectiva al servicio del trabajo y, en Navidad, se espera de ellas que funcionen como un sistema cohesionado, conectado y vinculado y, lógicamente, no es posible.
Necesitamos analizar nuestra realidad desde parámetros realistas que desromanticen el sistema social que nos manipula y nos lleva a la constante culpa y frustración.
Mónica Serrano
Psicóloga Humanista