Desorientación, confusión y dificultad para tomar decisiones son algunas de las consecuencias de la desconexión emocional.
Nuestro mundo emocional constituye nuestro sistema de orientación interna que nos permite vivir acorde con nuestro ser genuino y auténtico.
Sin embargo, en general estamos muy desconectadas de nuestras emociones. Hemos tenido que aprender a negarlas, suprimirlas, rechazarlas… para así cumplir con la expectativa social y familiar.
Así, llegamos a la edad adulta desorientadas, confusas, recelosas de nuestro propio criterio, soportando, incluso, situaciones que detestamos.
Nos hemos tenido que abandonar emocionalmente para ser aceptadas por los demás y estamos pagando un precio muy caro por ello.
En la infancia, este fue un mecanismo adaptativo necesario, pero en la edad adulta podemos prescindir de él, podemos empezar a conocernos de verdad, a sentirnos y a vivir nuestra vida acorde con nuestra autenticidad.
¿Quieres empezar este viaje hacia ti misma?
Mónica Serrano
Psicóloga Humanista