Desde hace algunas décadas, la gran mayoría de las mujeres en estado de gestación reciben clases de preparación al parto. Son especialmente las mujeres que están embrazadas por primera vez las que más valoran este tipo de cursos.
No obstante, las clases preparto no han existido siempre. Muchas mujeres a los largo de los años han dado a luz sin asistir a este tipo de clases. Más aun, en muchas culturas estas clases no han existido jamás y, pese a ello, las madres siguen pariendo y los bebés siguen naciendo.
Dar a luz es un acontecimiento natural, fisiológico, que todas las mujeres somos capaces de realizar de forma instintiva. Nuestra naturaleza nos ha preparado para concebir, gestar y alumbrar. Esto significa que todas las mujeres podemos dar a luz sin recibir con anterioridad un curso de preparación.
Nuestra fisiología está preparada para que sepamos adoptar la postura y la respiración adecuadas para el alumbramiento.
Sin embargo, muchas embarazadas de nuestro medio acuden a clases de preparto. Es más, muchas de ellas tienen expectativas muy positivas hacia este tipo de cursos y se muestran muy interesadas y receptivas hacia ellos.
Todo esto tiene una explicación basada en cómo se experimenta la maternidad en nuestra cultura.
Actualmente, en nuestro medio social, los embarazos y, por tanto, los partos son acontecimientos poco frecuentes. El embarazo es una situación atípica, prácticamente excepcional. Las mujeres tienen muy poco contacto con mujeres embarazadas debido a esta escasez de embarazos.
Hace varias décadas, las mujeres tenían más embarazos a lo largo de su vida fértil que los que tenemos hoy día. Por ello, desde muy jóvenes, las mujeres estaban en contacto con embarazadas. Esto hacía que el parto no fuese algo desconocido y temible, si no que formaba parte de la cotidianeidad. Lo mismo sucede en otras culturas actualmente, en las que el número de hijos por familia es mucho mayor que en nuestro medio.
Sin embargo, hoy en día, el embarazo y el parto se viven como algo desconocido, atípico. Las mujeres obtienen poca información sobre él a partir de la experiencia de otras mujeres. No poseen conocimientos de transmisión cultural.
Así, en nuestra sociedad, las mujeres necesitamos obtener la información que no nos ofrece nuestro medio cultural. A través de los libros sobre embarazo, lactancia y maternidad las mujeres embarazadas consiguen parte de esa información que necesitan para reducir su miedo a lo desconocido.
Asimismo, las clases preparto adquieren sentido en un contexto en el que parir se conceptualiza como un acontecimiento excepcional, desconocido, muchas veces, incluso, temido.
Recibir clases de preparación al parto ayuda, en ocasiones, a reducir el miedo o el estrés que muchas gestantes sienten cuando se aproxima el momento del nacimiento de su bebé. La información que las mujeres obtienen en estos cursos les pueda hacer sentir más seguras o confiadas en lo relacionado con el parto.
Asimismo, la asistencia a este tipo de cursos permite a las mujeres embarazadas contactar entre sí, compartir experiencias, emociones, miedos, ilusiones… Muchas veces, la mujer embarazada se encuentra con que es la única embarazada de su entorno en ese momento. Poder relacionarse con otras embarazadas suele ser muy reconfortante para ellas.
Por tanto, la preparación al parto, realmente, no es necesaria para dar a luz. Sin embargo, por las características de nuestro grupo cultural, puede aportar beneficios a las mujeres embarazadas carentes de referentes culturales al respecto.