Muchas habréis visto que próximamente ofrezco una formación, junto con Mi amiga Irene García Perulero, a la que hemos llamado Ni Putas Ni Princesas. Quizás os suene el título porque es llamativo.
Bueno, pues esta el nuestra primera formación larga. Dura cuatro meses teniendo clases online quincenales, charlas de expertos también quincenales, ejercicios de autoconocimiento y reflexión…
Quiero contaros de dónde surge la idea de esta formación. Yo tengo una niña de tres años (la mayoría ya lo sabéis) y me doy cuenta cada día de cómo la educación tradicional, los medios de comunicación y la sociedad en general, en su interacción con las niñas, orienta su socialización y el desarrollo de su identidad personal (de una manera muy evidente) hacia varias características que dificultan nuestra libertad y nuestra felicidad, como:
– la obediencia,
– la complacencia extrema a los demás, nos enseñan a que siempre hay que complacer al otro por encima de nuestras necesidades y deseos,
– el cuidado a los otros pero no a sí misma,
– la baja autoestima por un canon de belleza inalcanzable, siempre a disgusto con nuestro cuerpo
– la dependencia emocional, dificultad para identificar emociones,
– la hipersexualización de sí mismas,
– una sexualidad confusa, orientada a la satisfacción del otro solamente
– una frustración permanente por la incapacidad de satisfacer las expectativas que la sociedad establece para las mujeres,
– la percepción de una misma como persona incompleta, la búsqueda de la media naranja
Creo que la mayoría de las mujeres crecemos empapadas de estos valores sociales y esto nos genera muchísimo malestar en nuestras vidas. Nos ata, nos bloquea, nos confunde, nos paraliza…
Yo no quiero esto para mi hija. Yo quiero que mi hija:
– sea libre,
– sepa tomar decisiones,
– tenga criterio propio,
– se guste a sí misma,
– se valore,
– establezca relaciones sanas con los demás,
– sepa resolver conflictos de manera asertiva,
– sea resiliente y feliz.
Pero soy consciente de que esto no es tarea fácil. Todas hemos tenido crianzas y educaciones muy desempoderantes, y esto nos influye, indiscutiblemente, en lo que transmitimos a nuestras hijas.
Además, el impacto de la sociedad en fuerte. A veces, brutal. Gestionarlo y minimizar las consecuencias sobre la identidad de personal de nuestras hijas sin convertirlas en personas asociales también es complicado.
Por ello, considero que es necesaria una toma de conciencia acompañada, una formación preparada de por profesionales, una información detallada de los aspectos relacionados con el desarrollo personal y social de las niñas y herramientas para gestionar los efectos desempoderantes a los que nuestras niñas están expuestas cada día.
Recurrí a mi amiga Irene, bióloga, experta en temas relacionados con las mujeres, y le propuse crear juntas la formación y así lo hicimos.
Después de mucha reflexión, seleccionamos cuidadosamente los contenidos, el enfoque, el material a ofrecer, las actividades de autoconocimiento… y pusimos en marcha Ni Putas Ni Princesas.
Una vez organizada la base, identificamos qué expertas nos gustaría que colaborasen en la formación y se lo pedimos. Tuvimos la gran suerte de que todas nos dijeron que sí y contamos con un grupo de expertas maravilloso.
Así que, el 23 de octubre empezamos y caminaremos juntas en esta aventura hasta el 26 de febrero.
Y, por su puesto, tenemos que hablar del valor económico de todo esto. Son 427 euros que pueden pagarse en 1, 2 ó 4 plazos. Lo dejo especificado porque, lógicamente, es una información muy importante a tener en cuenta.
Si quieres compartir con nosotras esta experiencia, que anticipo que va a ser muy enriquecedora, no dudes en escribirnos a infanciaslibres@gmail.com o acceder a la página de inscripción.