

Soy Mónica Serrano, Psicóloga Humanista especializada en acompañamiento a la maternidad consciente y la crianza respetuosa.
En mi trabajo como psicóloga me encuentro con un alto porcentaje de mujeres que tienen muy claro que desean criar a sus hijos desde el respeto, la confianza y la paz.
Conocen la teoría perfectamente, pero en el día a día sienten que
se dan de bruces contra sus reacciones automáticas aprendidas: gritos, amenazas, golpes, desprecios…
La mayoría de nosotras hemos sido educadas de maneras tradicionales, autoritarias, en las que no se tenía en cuenta la importancia del vínculo afectivo y el bienestar emocional. Además, vivimos inmersas en sociedades muy violentas, la violencia está en todas partes, pues es estructural.
Lo que he podido comprobar después de muchos años de experiencia y formación es que el problema fundamental a la hora de criar de manera respetuosa y amable está en que tratamos de construirnos por oposición a la crianza adultocéntrica tradicional, llevándonos a una relación desequilibrada en la que se invisibiliza a la madre, se niega la violencia estructural y se cae en una carrera hacia una crianza idílica que es inalcanzable.
La sociedad patriarcal y el modelo capitalista son, en gran parte, responsables de ello.
Cuando nos alejamos del adultocentrismo, caemos en la negación de las necesidades, deseos y voluntades de la mujer-madre, aterrizando, de nuevo, en la trampa de la instrumentalización de la persona.
En la crianza autoritaria tradicional se instrumentaliza a las niñas y los niños, negando sus derechos, necesidades y voluntad, y en la crianza respetuosa unidireccional (respeto sólo hacia la niña o el niño) se instrumentaliza a las madres.