Se habla mucho sobre la importancia de los límites a los hijos.
También sobre la importancia de poner límites a otros adultos.
Y sí, claramente, los límites son esenciales para el desarrollo de las relaciones interpersonales.
Sin embargo, en este texto quiero hablarte de los límites desde otra perspectiva: los límites a ti misma.
¿Cuántas veces dices “sí” cuando en realidad querías decir “no“? ¿Cuántas conversaciones desagradables has soportado, cuántas visitas por compromiso?
Seguro que muchas más de las que te gustaría.
Pues bien, aquí es donde quiero llegar para hablar de límites: los límites a ti misma en cuanto a exposición a situaciones desagradables.
Te cuento la historia de mi paciente Aurora en este sentido.
Aurora vivía para complacer. Hacía todo lo posible por agradar a tooodo el mundo, menos a sí misma. Total, ella no era importante.
Quedaba con familiares que le criticaban constantemente, aceptaba visitas en horas a las que ella necesitaba descansar, toleraba comentarios que le hacían daño sobre su crianza…
Hasta que, gracias a la terapia, Aurora se dio cuenta de que necesitaba urgentemente ponerse límites a sí misma, a su tendencia a complacer a otros, a su hábito de tolerar situaciones desagradables, a su inercia a adaptarse ella a las necesidades de los demás.
Entendió que necesitaba limitar el tiempo y la frecuencia de exposición a interacciones desagradables. Y este límite no se lo tenía que poner a otros, sino a sí misma.
Aurora decidió restringir su tendencia aprendida a complacer a los demás y a olvidarse de sí misma.
Esto supuso un cambio impresionante en su estado de ánimo, en su salud emocional.
Aurora adquirió un compromiso consigo misma de reducción de la exposición a situaciones y personas que no le agradaban y su calidad de vida emocional dio un cambio sustancioso.
¿Qué opinas de la decisión y el compromiso de Aurora?
Mónica Serrano Muñoz
Psicóloga
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