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La culpa es el acto de juzgarse a una misma desde un desdoblamiento: la que juzga y la juzgada. Esto nos lleva a una vivencia desintegrada de una misma, que nos impide hacernos responsables.
Esta desintegración en la que me posiciono en la jueza y la juzgada, me lleva a un conflicto interno que, al desintegrarme, no me permite crecer, me distancia de lo real, me deja bloqueada en el discurso.
La responsabilidad es la toma de conciencia integrada de los propios actos y sus consecuencias desde la experiencia real, desde lo concreto, sin juicio, sin interpretación.
Desde la responsabilidad puedo crecer, tomar decisiones, realizar transformaciones, porque me sitúo en la experiencia real y concreta.
La culpa es un mecanismo violento hacia una misma.
Cuando me culpabilizo me desdoblo en mi “yo” que juzga y mi “yo” juzgado.
Mi yo juez critica y trata de someter a mi yo juzgado, por lo tanto yo misma estoy violentando y estoy siendo violentada a la vez.
Desde la voluntad de autosometimiento, me debilito, no puedo crecer ni construir.
Sólo desde la autoaceptación puedo relacionarme conmigo de una manera integrada que me permita tomar conciencia de mí desde la responsabilidad.
Mónica Serrano Muñoz
Psicóloga especializada en Mujer, Maternidad y Crianza Respetuosa, Desarrollo Personal
Col. Núm. M26931
Consulta, terapia, grupos de apoyo, asesoramiento
Directora de la formación Maternidad Feliz – Crianza Respetada