Los ideales que hemos construido acerca de los distintos roles personales, como la madre, la hija, la pareja… con los que nos relacionamos, se componen de creencias y expectativas sobre cómo deberían ser las personas que representan estas relaciones en nuestra vida: mi madre, mi hija, mi pareja, mi amiga…
Estas expectativas sobre la persona desde su rol nos hacen relacionarnos con la persona esperando su alineamiento con el ideal que de su rol hemos construido: “una buena madre”, “una buena hija”, “una buena amiga”, etc…
Desde esta perspectiva, esperamos de los demás que cumplan las expectativas que con nuestro ideal hemos generado.
Esto nos aleja de la persona que tenemos delante. Vemos el ideal más que a la persona real, y nos frustramos porque la persona no se alinea con este ideal.
De esta manera, las relaciones dejan de ser auténticas, se enrarecen, se violentan. Perdemos sinceridad en la búsqueda de ese ideal que no existe y tratamos de conseguir del otro, algo que jamás podrá ofrecernos. Caemos en el juicio, en la crítica, en la desvaloración de la persona por no “ser” el ideal.
Lo mismo sucede en la relación con una misma cuando queremos cumplir las expectativas del ideal: “buena madre”, “buena hija”, “buena amiga”, etc… Nos autoimponemos numerosos deberes y obligaciones y nos censuramos ideas, sentimientos, deseos… por cumplir con el ideal creado, alejándonos, en este caso, de nuestra propia autenticidad.
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Mónica Serrano Muñoz
Psicóloga especializada en Mujer, Maternidad y Crianza Respetuosa, Desarrollo Personal
Col. Núm. M26931
Consulta, terapia, grupos de apoyo, asesoramiento
Directora de la formación Maternidad Feliz – Crianza Respetada
Petición de información en: info@psicologiaycrianza.com
2 comentarios en «La “buena madre”, la “buena hija” y cómo nos alejamos de las personas desde el ideal»
Hola Mónica, muy interesante. Tengo una duda: ¿Es posible deshacerse de esos ideales o lo máximo que podemos conseguir es ser conscientes de ellos? Gracias por hacerme reflexionar.
Hola Carlos. La toma de conciencia es el primer paso para poder ir flexibilizando esos ideales, prestándoles atención y, paulatinamente, con trabajo personal, irlos desmontando o, al menos, desde la atención y la conciencia, irnos relacionando con uno mismo y con los demás de una manera más auténtica, menos basada en ese ideal. Gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Mónica