Consulta:
El otro día en una tienda de ropa de niños, estaba con mis hijos y entró un señor a hablar con la dependienta, con un acento gallego muy cerrado.
Mi hijo mayor (5 años) ni corto ni perezoso se acercó y le dijo que hablaba como un pato. Casi me muero pero aguanté la compostura y le pregunté que cómo hablaban los patos. Dijo que no sabía pero que el chico hablaba raro. Entonces, la señora de la tienda, zanjó la conversación diciéndole al señor: “Bienvenido a mundo de los niños”, y poniéndole otro ejemplo de otra niña que llamó “hinchada” a una señora obesa 🙁
Al salir, hablé con él, le pregunté que si yo le decía lo mismo, que cómo se sentiría y me dijo que “fatal”. Pues así se debió de sentir el señor, respondí.
Pero ayer, en el negocio de los abuelos, mientras les echaba un cable y atendía, se acercó al chico y le preguntó: “qué son esos agujeros tan grande y tan feos que tienes en las orejas?” A lo que ya respondí yo: Hijo, son dilatadores como los que tiene padrino. Y a lo que me soltó: Los de padrino no son tan grandes ni tan feos.
Y creo que voy a tener que anotarlas todas y escribir un libro. No quiero cortarle su sinceridad, su curiosidad y sus ganas de aprender y observar pero sí quiero que sea respetuoso.
Un besito Mónica y gracias!!!
Respuesta:
Estimada amiga.
Muchas gracias por tu consulta.
Seguro que muchas madres se sienten identificadas con la situación que planteas. La mayoría de los niños han atravesado una etapa parecida a la que describes en tu hijo.
Alrededor de los 5 años de edad, los niños han desarrollado habilidades cognitivas, de lenguaje, sociales y emocionales que les permiten percibir, comprender, iniciar interacciones y manejar emociones de una manera más compleja y sofisticada que cuando tenían menor edad. Sin embargo, estas habilidades no están consolidadas por completo.
De esta manera, los niños son capaces de percibir y comprender la realidad a un nivel que les permite extraer detalles, realizar inferencias básicas, prestar atención, ect. Pero estas capacidades todavía presentan muchas limitaciones debidas a la edad y el estadio evolutivo.
Es importante considerar algunos aspectos evolutivos del desarrollo cognitivo de los niños de 3 a 5 años (según J. Piaget), para comprender el tipo de actitudes y comportamientos que describes en tu consulta:
– El pensamiento de los niños de 3 a 5 años está dominado por la apariencia perceptiva de la realidad. El niño no es capaz de inferir las propiedades no observables de los objetos. Por ello, es un pensamiento que se basa en las percepciones sensoriales del niño.
– Se centra en un solo aspecto de la situación, omitiendo puntos de vista o enfoques distintos. Esto quiere decir que se centra en un aspecto único de la realidad.
– No conoce ni contempla perspectivas distintas a la suya. Considera que todo el mundo piensa, percibe y siente del mismo modo que él.
Si consideramos las características del pensamiento que acabo de exponer, será más fácil comprender la forma de actuar del niño y poder adoptar una actitud empática con él.
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Posiblemente, tu hijo, cuando pregunta algo inapropiado a otra persona o le dice algo que podría ser ofensivo, no es consciente de todas las implicaciones sociales y emocionales de su interacción.
El niño está observando una situación que le resulta extraña o llamativa (el acento gallego cerrado o los dilatadores en las orejas) y lo expresa verbalmente. No contempla aspectos menos observables de su acción, como es el hecho de cómo se sentirá su interlocutor.
De hecho, el niño considerará que todos los participantes en la escena, incluido su interlocutor, perciben la realidad igual que él, con la misma extrañeza o disgusto que a él le produce lo que está percibiendo.
Por tanto, es normal que los niños de estas edades inicien interacciones con otras personas que podrían ser ofensivas, aunque ellos no tengan la intención de ofender al otro.
No obstante, estas situaciones suponen un reto para los padres, pues han de manejar la situación siendo considerados con el niño y con el adulto potencialmente ofendido.
La intervención de los padres ante situaciones del tipo de la que describes en tu consulta es fundamental para la socialización del niño.
Se entiende por socialización el proceso a través del cual los niños aprenden e interiorizan las normas y los valores que rigen al grupo social al que pertenecen, adquiriendo las habilidades necesarias para interactuar con los demás miembros del grupo de manera que sean aceptados por éstos.
Los padres somos los agentes socializadores básicos de nuestros hijos. Es decir, que tenemos una función esencial en la transmisión de las normas, costumbres y valores de nuestro grupo socio-cultural a nuestros hijos.
Las situaciones como las que describes en tu consulta son oportunidades evidentes de mostrar y transmitir a nuestros hijos normas y valores sociales
De este modo, cuando tu hijo interactúe con otra persona de una manera que consideras socialmente inadecuada, debes transmitirle que eso no es adecuado.
Teniendo en cuenta su edad y, en base a ello, su nivel de desarrollo del lenguaje, es importante que, en el momento en el que se produzca la situación, le des una explicación breve y sencilla sobre lo inadecuado de su interacción.
No debes regañarlo ni ridiculizarlo en ningún caso. Simplemente debes decirle “Hijo, lo que has dicho/preguntado no es adecuado. Puedes molestar a esta persona”. Es importante que tú misma pidas disculpas a la persona potencialmente ofendida para servirle de modelo al niño.
Con esto, pones fin a la interacción inadecuada, impides que esta interacción se dilate en el tiempo y que se produzcan comentarios hacia tu hijo por parte de otros adultos.
Después, ya fuera del escenario en que se produjo la situación, debes hablar con tu hijo, explicándole afectuosamente que hay ciertas preguntas o comentarios que pueden hacer daño a otras personas y que deben evitarse.
Es muy acertado preguntarle cómo se sentiría él si le dijesen algo así, para activar su empatíay, desde ella, el respeto a los demás.
Entre los 5-6 años, aproximadamente, los niños comienzan a ser capaces de comprender realmente la diferencia entre una emoción real y una emoción expresada, así como de una idea real y la expresión de la misma. Tu hijo está en pleno proceso de consolidación de esta capacidad.
Por ello es tan importante que le muestres, en esta etapa de su vida, el criterio social (o familiar) que debe conocer sobre qué es positivo expresar y qué no lo es.
En mi opinión, el criterio adecuado a transmitir es el que se basa en el respeto hacia uno mismo y hacia los demás.
Es decir, que la pauta a mostrar a los niños a la hora de diferenciar entre lo que es positivo expresar y lo que no, estaría basada, sencillamente, en expresar nuestras opiniones y emociones de tal manera que no ofendamos a los demás.
Para ello es esencial el modelo de los padres. Más importante, incluso, que lo que se transmite a los hijos verbalmente, es lo que se transmite con el ejemplo. Así pues, es fundamental que vosotros, como padres y modelos a seguir, evitéis comentarios potencialmente ofensivos hacia otras personas.
Relacionado con la idea anterior, también es importante evitar hacer comentarios ofensivos o ridiculizantes sobre otras personas incluso cuando la persona objeto del comentario no esté presente.
Se trata de transmitir al niño, con nuestras actitudes y nuestros actos, el valor del respeto hacia los demás.
En este punto, es muy importante tener en cuenta que también es esencial transmitir y enseñar al niño a no permitir actitudes ofensivas hacia sí mismo por parte de otras personas.
Para ello, cuando se produzca una situación en la que alguien es poco respetuoso u ofende a nuestro hijo, debemos intervenir, mostrándole al niño nuestra protección y apoyo y enseñándole a manejar este tipo de situaciones.
Con todo ello, espero que mi respuesta te sea de utilidad. Te agradezco la confianza depositada en mí al hacer la consulta y quedo a tu disposición para resolver cualquier aclaración que necesites.
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1 comentario en «Cómo gestionar las interacciones sociales inadecuadas de nuestros hijos»
Hola Mónica! Y concretamente qué le habrías dicho tú al hijo de la mamá que preguntaba?
Pobre, claro, él se estaría preguntando cómo alguien se puede poner unos dilatadores tan feos, jeje.