La autoestima incondicional es revolucionaria porque supone una revolución interior: el quererse incondicionalmente nos cambia en todas las esferas de nosotras mismas. Nos va a influir en la esfera profesional, en la esfera social, en la esfera psicológica y en la emocional.
La autoestima está influyendo en todo y, sin embargo, suele concebirse como algo mucho más superficial del tipo: cómo me veo, si me veo guapa, si estoy contenta con mi aspecto o con cómo me comporto o qué voy logrando.
Nos hemos quedado en lo superficial y no hemos conocido el peso que realmente tiene la autoestima.
La autoestima, la manera en que yo me relaciono y yo me siento conmigo misma, está condicionando todos los aspectos de mi vida:
- Cómo me enfrento a un reto, si desde el miedo o desde la seguridad de que pase lo que pase me voy a sostener.
- Cómo me enfrento a las relaciones interpersonales, desde el miedo a que me critiquen o me rechacen o me enfrento desde el amor y la seguridad de que yo voy a dar lo mejor de mí en todo momento.
- Cómo me enfrento a una nueva situación, nuevo trabajo, a llevar a cabo una actividad de ocio o a gestionar mi casa.
- Cómo me relaciono yo con todas esas situaciones como la crianza de los hijos, la amistad o la pareja.
Cuando la autoestima está condicionada al éxito o al fracaso, que es generalmente como sucede, nos relacionamos con la experiencia desde el miedo al fracaso: el miedo a fracasar, a ser una mala madre, a fracasar en un matrimonio, en un proyecto profesional, como organizadora de mi casa, de mi hogar…
Cuando concebimos la autoestima ligada al éxito o al fracaso, vamos a caer siempre en presionarnos, criticarnos, exigirnos y luego reprocharnos y culparnos si hay fracaso o felicitarnos si hay éxito y seguir exigiéndonos en una espiral interminable.
Esto nos hace estar siempre en una sensación de alerta, vigilancia e inseguridad hacia nosotras mismas, hacia nuestras propias reacciones en función de los resultados, porque somos cada una de nosotras las que nos sometemos a examen continuo.
Sin embargo, cuando trabajamos y desarrollamos la autoestima incondicional, vamos a conectar con sentimientos de amor, por encima e incluyendo cualquier circunstancia: éxito, fracaso, el sentirme mejor, el sentirme peor… En cualquiera de estos estados y situaciones, vamos a conectar con esa sensación de amor incondicional hacia nosotras mismas, con esa lealtad, amabilidad, comprensión y responsabilidad.
Esto no tiene nada que ver con comenzar a ser egoísta, superficial y que dé todo igual o no preocuparnos por los demás. No, desde una posición de responsabilidad es empezar a tratarme bien, como trato a las personas a las que quiero.
Lo que vemos en el trabajo previo de autoestima incondicional son muchísimas creencias limitantes, bloqueos, exigencias a una misma, preocupación. Muchísima violencia interiorizada que finalmente la aplicamos a nosotras mismas como recurso.
Esto nos genera un malestar en todas las áreas de nuestra vida: en el área familiar, social, profesional, personal y emocional. Porque esa falta de autoestima, condicionada, hace que estemos en una sensación de miedo a: y qué pasa si fracaso, cómo voy a tratar esto, cómo me voy a comportar conmigo ante cualquier fracaso.
Esto nos bloquea y hace que nos relacionemos de manera bastante distante. Nos hace no estar seguras nunca ni abiertas en las relaciones, incluso con nuestros hijos, siempre con ese miedo a fallar como madres, eso nos distancia mucho.
Hay personas que no consiguen despegar a la hora de emprender profesionalmente, procrastinan, esperan y no empiezan o si empiezan se estancan enseguida, por ese miedo. Miedo que no se reconoce en un primer momento, hay que profundizar para ver que está ahí.
Hay personas muy bloqueadas y preocupadas por la opinión de los demás, pierden la conexión con su propio criterio y asimilan mucho más la opinión de otros sobre ellas y les afecta muchísimo, les angustia y paraliza.
Con la autoestima me generaba conflicto cómo se trabajaba la autoestima y cómo se ha trabajado de manera tradicional hasta que después de búsquedas y experiencias, reflexión, revisión y experimentación surgió esta manera de trabajarla, que lo hago en consulta individual con muy buenos resultados y en la primera edición del curso (octubre, 2020) con un espectacular impacto.
Se trata de trabajar la autoestima no como una valoración de mí misma, rompiendo con la meritocracia y el baremo del éxito y el fracaso, para construirla desde el amor a mí misma.
Tienes más info del Programa aquí: AUTOESTIMA PARA TODAS
Mónica Serrano
Psicóloga Humanista