El sentimiento de culpa depresivo por sentirse poco valiosa, por sentirse un fraude o mala persona, se origina en la sensación de no ser suficientemente buena hija, de haber decepcionado a los padres.
A partir de ahí, de sentir que se ha dañado emocionalmente a los propios padres por haberlos decepcionado, se integra en el autoconcepto la sensación de no ser suficiente, de ser un fracaso… Y se extrapola al resto de ámbitos de nuestra vida: el académico, el profesional o laboral, el social y, por su puesto, la maternidad.
Para liberarnos del sentimiento de culpa es necesario un trabajo interior profundo , consciente y autocompasivo.
Vivir sin Culpa es posible. Y yo sé cómo ayudarte para que lo logres.
Empezamos el 8 de marzo el curso Vivir Sin Culpa.
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Este vídeo es revelador sobre la base de este sentimiento, imprescindible para el trabajo sobre la culpa.
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Mónica Serrano
Psicóloga Humanista