Una de las falsas creencias que más violentan nuestras relaciones y toda nuestra vida en general es la que se basa en la idea de que para aprender o desarrollarse hay que sufrir, pasarlo mal o hacer un esfuerzo tremendo.
En base a esta idea, nos boicoteamos la sensación de bienestar, de calma o de paz porque, desde esa creencia limitante, nos asusta estar bien pues parecería que ese estado impide el crecimiento, el aprendizaje o el desarrollo.
Esta falsa creencia justificaría el uso de castigos, así como potencia autorreproches, críticas destructivas y sentimientos de culpa.
Es una idea que tradicionalmente hemos aprendido, desde “la letra con sangre entra” a la “la vida es un valle de lágrimas”, negamos la posibilidad de vivir experiencias desde el bienestar, el placer o la paz.
A partir de esta idea, normalizamos el malestar emocional y aprendemos a convivir con él como si fuese irremediable.
Sin embargo, se puede vivir sintiéndose en paz se puede vivir con bienestar emocional. El malestar emocional no es lo normal ni lo que debería de ser.
Las ideas asociadas a que la vida es un valle de lágrimas generan un caldo de cultivo poco propicio para el bienestar.
Se puede vivir sintiéndose bien y tolerando el malestar, pero normalizar sentirse mal casi siempre no es necesario. Podemos cambiarlo.
Mónica Serrano Muñoz
Psicóloga especializada en Maternidad y Crianza Respetuosa