¿Cómo funciona nuestra mente? Nociones de pensamiento para una vida feliz
Vamos a focalizarnos en conocer y analizar nuestro propio pensamiento y los procesos del mismo para detectar qué pensamientos pueden estar causándonos malestar, para tomar conciencia de ellos y poder rebatírnoslos, siguiendo el propósito de incrementar la propia sensación de felicidad.
Los pensamientos son la función principal de la mente humana. Son los productos que la mente puede generar.
Creencias nucleares
Nuestra forma de pensar se genera a partir de pensamientos sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre el futuro. A través del paso del tiempo y la repetición, se convierten en una pauta fija de pensar, en una creencia nuclear.
Estas creencias nucleares nos ayudan a organizar la realidad, a anticipar lo que puede suceder, nos ayuda a interpretar y a darle sentido a los acontecimientos.
Estas creencias, en general, son adaptativas pero algunas dejan de serlo y nos obstaculizan tomar decisiones adecuadas, nos limitan o nos hacen sentir fracasados.
Pensamientos automáticos distorsionados
Las creencias nucleares desadaptativas impulsan que generemos pensamientos automáticos distorsionados.
Estos pensamientos se caracterizan por ser mensajes específicos que nos creemos aunque sean irracionales, basados en una falsa creencia, que aparecen súbitamente y tendemos a dramatizar y son aprendidos.
Pensamientos del tipo “tendría que ser mejor madre”, “debería hacer mucho más de lo que hago”o “no voy a ser capaz de hacerlo bien”podrían ser ejemplo de ellos.
Estos pensamientos nos generan malestar y este malestar, muchas veces, nos impide actuar, lo cual acaba por confirmarnos nuestros pensamientos negativos.
Así, si me surge el pensamiento “tendría que ser mejor madre” y le doy audiencia, puedo pasarme un buen rato tirada en la cama pensando en el poco tiempo que paso con mis hijos, en las veces que les he gritado o en lo poco que cocino. Estos pensamientos me impiden ponerme a jugar con ellos, llevarlos de excursión o preparar una buena merienda. Entonces, al final de la tarde, me confirmo a mí misma de nuevo que “tendría que ser mejor madre”.
Si este pensamiento no hubiese surgido, o hubiese sido capaz de rebatirlo rápidamente, no me habría quedado enganchada en él y hubiese podido tomar acción.
Al ser pensamientos aprendidos, podemos trabajar sobre ellos para flexibilizarlos, ponerlos en tela de juicio y que su peso no nos impida tomar acción.
Los pensamientos negativos son tan poderosos porque han mantenido a salvo al ser humano durante millones de años. Los pensamientos negativos, que nos permiten estar alerta de los peligros, han garantizado la supervivenciade nuestra especie. Por ello, han quedado almacenados en nuestro cerebro como patrón imprescindible.
De este modo, los seres humanos tenemos un sesgo negativo como patrón de pensamiento. Esto significa que prestamos mucha más atención a los acontecimientos desagradables que a los agradables.
Algunos estudios han demostrado que la activación cerebral es mucho mayor ante sucesos negativos, desagradables, atemorizantes.
Ejercicio práctico para la gestión de pensamientos negativos
Después de haber recibido la información anterior, te invito a ejercitar la detección de tus pensamientos negativos automáticos.
Para ello, te recomiendo que, durante una semana, anotes todos los pensamientos de este tipo que te vayan surgiendo. Muchos de ellos se repetirán. Anótalos todas las veces que se repitan.
Una vez tengas hecho el registro, analízalos uno a uno. Esto te permitirá tener un mayor control sobre ellos.
Después haremos el siguiente ejercicio: ve tomando estos pensamientos uno a uno e imagina que te los está diciendo alguien que no es de tu agrado. Por ejemplo, imagina a ése compañero que tanto detestas diciéndote “deberías ser mejor madre”, e imagina qué le contestarías, cómo le rebatirías.
Este ejercicio, obviamente, está orientado a rebatirte a ti mismaestos pensamientos dañinos.
Con ello, estamos empezando a tomar conciencia y a desmontar los pensamientos negativos automáticos que nos están impidiendo lograr el bienestar que queremos.
Te recomiendo que anotes las ideas que te van surgiendo para rebatir mientras haces tu ejercicio. Así, si por ejemplo imaginas a tu ex – jefe diciéndote que “nunca terminas lo que empiezas”, podrías anotar ideas tales como “terminé la carrera, llevé a término un embarazo, terminé el curso de pintura, termino a diario de recoger la casa, etc”.
Así, en nuestro ejemplo, queda rebatido el nunca, y puede comenzar a asentarse el algunas veces. Es decir, vamos a ir transformando las creencias negativas que nos están impidiendo actuar o lograr lo que deseamos por otras más flexibles, menos paralizantes.
Lógicamente, esto sólo es el principio de un interesante trabajo de crecimiento personal apasionante que todas nosotras somos capaces de realizar.