Consulta:
Hola. Te escribo porque tengo un niño de 1 año y me doy cuenta que desde que nació yo he intentado mantener mi vida como antes de que él naciese (trabajo, ocio, descanso…). Por eso tengo una cuidadora 24 horas que me descarga mucho a mí.
Yo le di el pecho 3 meses y no lo hice a demanda, sino con un horario. Mi lactancia no fue una experiencia agradable, fue difícil y bastante agobiante.
Regresé a trabajar tras el permiso de maternidad, dejándolo al cuidado de la cuidadora, pues mi familia no vive cerca de nosotros.
No le he tenido mucho en brazos nunca, no es algo que me guste y además me parece que a él tampoco le gusta estar en mis brazos.
A mí me da la sensación como que no conecto con él, que “no nos llevamos bien” no sé si me entiendes.
Nunca me había planteado que esto no fuese normal hasta empezar a ver a una amiga que tiene una niña y me cuenta que para ella las cosas son de otra manera. A raíz de eso me puse a leer y cada vez tengo más dudas.
Yo a mi hijo lo quiero más que a nada en este mundo, pero me gusta mantener mi libertad, salir con mi marido a solas o con amigos, me agobia estar mucho con el niño.
Respuesta:
Estimada amiga. Muchas gracias por compartir conmigo una consulta tan interesante y permitirme publicarla en el blog.
Lo que expresas en tu consulta son dudas sobre el vínculo emocional que tienes con tu hijo. Cuando dices que sientes que no conectas con él, estás expresando claramente que percibes cierta desconexión emocional entre él y tú.
En primer lugar, me gustaría señalar que tu duda sobre si lo que te sucede es normal o no, no puede despejarse en términos dicotómicos como normalidad-anormalidad.
Como planteas una situación que te está una disonancia interna, mi repuesta se centrará en ofrecerte herramientas que te faciliten el análisis de tu situación personal para poder descubrir, tú misma, qué es lo que te suscita la misma y si deseas realizar alguna transformación.
Para ello, voy a explicarte las características típicas de la relación emocional mamá-bebé durante el primer año de vida, para poder compararlo con lo que tú estás experimentando y poder orientarte en los sentimientos que te están generando este conflicto interno.
Cuando el bebé nace, se ponen en marcha los mecanismos naturales para el establecimiento del vínculo afectivo (apego) entre el bebé y su madre. El bebé se orienta a demandar cuidados y atención por parte de la madre y la madre se orienta a cubrir las necesidades de su bebé. La lactancia materna y el contacto físico permanente contribuyen al establecimiento del vínculo afectivo entre la madre y el bebé.
La fusión emocional
Es en este proceso cuando se produce un estado de fusión emocional entre la madre y el bebé. Esto quiere decir que el campo emocional de la madre y el del niño son indisolubles. El uno siente como propias las emociones del otro y viceversa.
Este estado emocional fusionado se mantiene durante todo el puerperio, que finaliza cuando el niño tiene alrededor de 2 años y comienza a percibirse como un ser individual, diferenciado de su madre.
En vuestro caso concreto se observa una negación por tu parte de esta fusión emocional y una tendencia a la separación temprana del bebé.
La conexión emocional se establece a la par que el vínculo afectivo (apego). Para que ambos se generen adecuadamente, el bebé demanda de manera natural atención casi permanente a su madre y ésta prioriza la atención a su hijo y la satisfacción de las necesidades del bebé.
Sin embargo, en nuestra cultura, algunas mujeres experimentan dificultades para conectar emocionalmente con sus bebés. La falta de apoyo emocional que experimentan algunas madres, las presiones sociolaborales y la ausencia de contacto con otras mujeres puérperas son algunas de las circunstancias que motivan estas dificultades.
La reciente madre, cuando comienza a cuidar a su recién nacido, puede experimentar un duelo por la pérdida de algunos aspectos de su vida anterior: la libertad y autonomía, la intimidad con la pareja, las posibilidades de ocio y descanso… Cuando el bebé nace, estos aspectos de la vida de la mujer antes de ser madre se transforman.
Las mujeres que reciben un apoyo emocional adecuado y una ayuda logística por parte de otras personas elaboran este duelo y se centran en la relación de protección y cuidado de su bebé.
Sin embargo, cuando la mujer no posee una red de apoyo emocional y logístico adecuada, la elaboración del duelo puede ser complicada y podrían surgir comportamientos de huida: la madre evita asumir la responsabilidad de protección y cuidados de sus bebés, niega sus necesidades afectivas y las del bebé, se aferra a mantener el estilo de vida que llevaba antes de ser madre y delega el cuidado de su hijo a terceras personas.
En esta situación, la madre se está sintiendo sobrepasada por la situación, sintiéndose incapaz de conectar con su bebé.
La importancia del apoyo emocional a la madre
Realmente, la madre, para poder desarrollar su maternidad de una manera consciente, en la que se sienta emocionalmente equilibrada, debe disponer de personas que le ofrezcan apoyo emocional. Pueden ser su pareja, miembros de su familia, amigos o profesionales.
La madre necesita otras personas con la que poder expresarse, que le transmitan que confían en ella y en su capacidad de criar a su bebé y que le ofrezcan la confianza y la seguridad que ella necesita.
También es necesario que la madre se sienta acompañada y apoyada a la hora de realizar otras tareas cotidianas. Es importante que otras personas la descarguen de tareas como cocinar, limpiar o ir a la compra. Si otros hacen esto por ella, ella podrá dedicarse a su bebé sin preocupaciones logísticas.
No obstante, la clave está en que la madre y el bebé tengan bienestar emocional, sea de la manera que sea. Debe ser cada mujer la que decida el tipo de ayuda que ella necesita para poder experimentar este bienestar y otorgárselo a su bebé.
Nuestra propia infancia
Por otra parte, es muy positivo en estos casos analizar cuáles podrían ser las causas de la dificultad personal para conectar emocionalmente con el bebé. Para ello, es imprescindible echar la vista atrás y tratar de recordar posibles sensaciones de abandono, desprotección o indefensión experimentadas en nuestra propia infancia.
Si nosotros nos sentimos abandonados en ocasiones en nuestra infancia y no obtuvimos respuesta a nuestras necesidades emocionales, puede ser que este daño emocional aún no esté superado y nos impida conectar adecuadamente con las necesidades afectivas de nuestro bebé.
La relación de la madre con su madre
La relación con la propia madre es otro aspecto fundamental. Cuando la mujer se convierte en madre, es probable que analice la relación con su madre, cómo la crió su madre a ella y cómo se relacionan a día de hoy.
En ocasiones, es necesario comprender las interacciones negativas entre madres e hijas, tomar el control de las mismas y gestionarlas de manera activa para que esta relación negativa no bloquee la conexión emocional con el bebé.
Las exigencias sociales
Además, en algunos casos, la mujer experimenta fuertes presiones sociales que dificultan la conexión emocional con su bebé.
Por ejemplo, la presión a recuperar su figura de manera temprana, a reanudar su actividad laboral o a cumplir con compromisos sociales pueden fomentar que la mujer se sienta emocionalmente desconectada de su hijo, pues tiene que atender a otras condiciones que merman la atención al bebé y la comprensión de las necesidades del mismo.
Grupos de apoyo a la crianza
Para realizar todo el trabajo de maternaje, de identificación como madre y de conexión con el bebé son muy recomendables los grupos de apoyo de mujeres.
En ellos, las madres podéis encontrar un espacio de contención emocional en el que desarrollaros dentro del marco de referencia que establece el grupo de iguales (las otras madres).
Acudir a estos grupos es muy beneficioso a nivel emocional para las madres, pues les permite expresarse, compartir, despejar dudas, identificarse con otras mujeres… En fin, les permite sentirse acompañadas emocionalmente en su proceso.
Con todo esto, espero haberte ayudado a resolver tus dudas. No obstante, si necesitas profundizar en alguna cuestión puedes contactar conmigo en psicologa@bambulah.es.
Un abrazo fuerte,
Mónica
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Mónica Serrano Muñoz
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