El organismo de todos los animales dispone de sistemas que le permiten actuar en situaciones que ponen en riesgo su vida o su bienestar, son los sistemas de adaptación al estrés.
Los sistemas de adaptación al estrés se coordinan a través de lo que se denomina eje HHA (hipófisis-hipotálamo-adrenal), que comprende glándulas y estructuras del sistema nervioso central y funcionan secretando hormonas y neurotransmisores que modifican la fisiología del organismo y también del cerebro. El objetivo es recuperar la homeostásis, es decir, un equilibrioen el que el gasto energético sea el mínimo posible para mantener la vida.
En el caso de los bebés esto es incluso más importante, porque los bebés necesitan mucha energía no sólo para sobrevivir, sino para crecer y desarrollarse. No hay que olvidar que muchos de los sistemas de un bebé humano, como el sistema inmune y sobre todo el sistema nervioso central, se desarrollan del todo mucho después del nacimiento, extra-útero.
Cuando un bebé llora es porque está molesto, es decir, sus sistemas de adaptación al estrés están provocando que haga algo para modificar una situación que, o bien puede ser una amenaza para la vida, o al menos está dificultando el crecimiento y el desarrollo.
El bebé que llora lo hace porque es lo único que puede hacer. El llanto es un comportamiento innato. El primer recurso de comunicación de los seres humanos.
Atender al llanto del bebé es imprescindible para evitar que hormonas como el cortisol (un compuesto que en concentraciones altas o sostenidas puede ser neurotóxico) afecten al desarrollo del bebé, sobrecargando los sistemas de adaptación al estrés, modificándolos a nivel fisiológico y “enseñándole” al organismo que sus comportamientos innatos – como el llanto – no sirven para evitar las situaciones de peligro.
Por eso, atender al llanto del bebé es uno de los primeros pasos, fundamentales, en la prevención de abusos.
Irene G. Perulero (www.cangurosymas.es)